viernes, 19 de septiembre de 2008

Ensayo sobre las contracturas




Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.

Es profesora de Lengua en una Escuela Media del Gran Buenos Aires, y ya la conocemos en esta pàgina. Hace leer a Gelman a sus alumnos, que la siguen divertidos y atentos . Copia los versos en el pizarrón con dificultad porque le duele el hombro desde la noche anterior.

Los alumnos se preocupan por la cara de dolor de “la vieja de Lengua”

- ¿ Que le pasa , profesora ?

Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.



Estuvo ayer con su novio la profesora . Pasaron la tarde y la noche, hicieron sus cosas. Ella lo recuerda ahora mientras disfruta la poesía , igual que algunos alumnos. Otros se aburren.

-¿ Le duele la espalda, profesora? Tiene como 60 años usted, no? A mi abuelo tambien le duele siempre.

Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.



- Que hermoso poema, profesora.

Esos comentarios justifican todo, pensó.

Recuerda sus juegos en la noche anterior. Ella solía ponerse de espaldas . Apoyada sobre sus extremidades, lo recibía a èl desde atràs y debìa soportar todo el peso de su amor.


Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez



Terminò la clase. Le duele todo, pero algunos alumnos quedaron maravillados con Gelman y ella solo tiene sonrisas.

- Profesora, mi abuelo dice que esas son contracturas por lo mal que se vive. Capaz que le duele por eso.

Ni contestò la viejita, muerta de risa.
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El poema es Gotan, de Juan Gelman

domingo, 7 de septiembre de 2008